Marzo 27, 2020 | Sin categoría,
¿Cómo cuidar mejor a mis niños en casa ahora que no hay guarderías ni escuelas?
Un descuido. Basta un instante. Un parpadeo. Un tris. Así de fugaz ocurre un accidente en que nuestros pequeños pueden resultar lesionados leves o graves… o hasta el grado de, irremediablemente, perderlos. ¡Ninguna precaución sobra donde hay niños! Aquí te doy unos consejos muy básicos para estos tiempos en que no hay guarderías ni escuelas en todo el país, con ocasión de la grave emergencia sanitaria mundial
Delia Susana Jáquez
Con la llegada de un bebé a la familia, los papás y las mamás se empiezan a preocupar por la seguridad de su pequeño.
Cuando es bebé, claro que implica cuidado permanente. Pero la verdadera atención de 24 horas se da cuando nuestro chiquitín gatea, camina… o corre y brinca y salta y trepa y rueda.
Si hasta hace unos días debías ir todos los días a tu trabajo y dejar al niño en guardería o en la escuela, hoy en estos tiempos difíciles debes dedicarle todo el tiempo del mundo. Ahora que no hay guarderías ni escuelas.
Las grandes maniobras para mover algunos muebles y la colocación de dispositivos de seguridad en los rincones y puertas en casa hacen del día a día una práctica muy común, todo esto para que el pequeñín se mantenga a salvo y alejado de los riegos de herirse, pincharse, ahogarse, quemarse y en algunos casos hasta de perder la vida.
Los accidentes más graves que pueden sufrir los pequeños, según las estadísticas, ocurren en casa.
Para un bebé, meterse en un problema basta con sólo moverse.
Por eso es fundamental alejarlo de todo peligro y considerar las siguientes prácticas, que por básicas muchas veces no las implementamos:
Cierto es que muchos de los actos de nuestros chiquitines son imprevisibles, con irremediables accidentes. Pero sólo con la prevención, y por consiguiente con toda la atención prácticamente las 24 horas, es lo que puede evitar riegos y accidentes.
Siempre y en cada instante de la vida de tus hijos, pero con mayor énfasis ahora que no hay guarderías, supervisa a tus hijos en todo momento.
Vigílalos por todos los rincones de la casa.
Y más si gatean o empiezan a caminar y correr.
¡Jamás los dejes solos ni fuera de tu vista!