Febrero 21, 2024 | Comunidad,
Claudia González Tarín
En la actualidad, la gente joven y las nuevas generaciones se ven bombardeadas, a través de redes sociales y múltiples medios publicitarios, con temáticas sobre cómo debería de ser la vida de adulto, o sobre qué se debe tener en cuanto a cosas materiales de primer uso como lo es vestimenta y calzado, así como todo el resto de accesorios y tecnología o herramientas que hoy en día pueden ser muy útiles tanto en la vida cotidiana como en el desempeño laboral.
Sin embargo, además de estos gastos que pueden ser considerados como básicos, tenemos otros dos renglones más que implican una inversión más fuerte para la mayoría de aquellos que van iniciando en la vida laboral o adulta. Estos dos renglones son, sin duda, un vehículo automotor y una casa.
El vehículo puede sentirse como un gasto más llevadero debido a que puedes encontrar la elección de alguno que se ajuste a tu presupuesto y sin solicitar crédito, o con algún esquema que te resulte sencillo cubrir la mensualidad. O incluso si la ciudad donde vives el transporte público cuenta con opciones para que te puedas trasladar con rapidez y comodidad a tu trabajo u otros espacios de tu interés.
Pero el tema de la compra de la casa es cuestión aparte. Y es que tener casa propia siempre se nos ha figurado como algo inalcanzable, ya que –malamente– las nuevas generaciones se comparan con otras, como las generaciones de sus padres o abuelos, por lo que podría percibirse que ahora es más complicado hacerse de una casa propia.
Pero si le preguntamos a nuestros papás o a nuestros abuelos si les fue fácil adquirir su primera casa, ellos también podrán compartir las dificultades que tuvieron que pasar para la compra del patrimonio inicial. O incluso si hubo la oportunidad de una segunda, pues antes no se podía obtener un segundo crédito de Infonavit o de Fovissste.
Aunque hoy en día hay muchas más facilidades para el que quiere hacerse de su casa propia, las dificultades de antaño pudieron ser muy similares a las vistas hoy en día: desde los costos de las viviendas, los montos autorizados de créditos, los sueldos o ingresos de los futuros compradores (ver artículo relacionado); y así también fueron y son importantes los temas del número integrantes de la familia, la ubicación de las casas en relación a las áreas donde nos desarrollamos, trabajos, escuelas, esparcimiento y conexiones familiares.
Por todo ello, adquirir nuestra primera casa puede parecer complicado. Sin embargo, aun teniendo múltiples y diferentes variables que influyan en este proceso, existen hoy más opciones que se pueden acomodar a nuestras necesidades y visiones del proyecto de vida que queremos llevar.
Para ello tenemos artículos que te pueden ayudar a definir la línea de acción y evitarte tragos amargos: “Compra casa como inversión”, “La importancia de la ubicación”, “Quieres comprar casa y no sabes por donde empezar”. Consúltalos, y seguros estamos que tu travesía por este viaje de comprar tu primera casa será placentera y libre de estrés.
Recuerda que con el tiempo vamos adquiriendo nuevas perspectivas de vida y eso nos ayuda a analizar mejor la situación por la que estamos pasando, pero aun y cuando empieces con una casa que quizá no sea el ideal o no sea la casa de tus sueños, no dejes pasar esa oportunidad de comprar una, como un escalón para llegar a donde quieres, y esto no quiere decir que sea sencillo.
Sin embargo, informarte será una de las mejores decisiones que podrás tomar.
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