Junio 27, 2020 | Consejos,
Saber agradecer es una virtud, sin duda. Agradecer es devolver, corresponder al trato que alguien nos da. Lo contrario es ser malagradecido… o traidor. Saber apreciar a quien nos ha hecho bien, habla de nuestra integridad como algo aprendido y practicado desde nuestra infancia. Y según estudios recientes, la gratitud nos aporta beneficios afectivos en nuestra manera de vivir y de cómo nos sentimos en la vida diaria
Norma Rendón
Si recuerdan, en un artículo anterior hablábamos de los valores, y dentro de ellos mencionábamos la virtud o el valor de la gratitud.
La gratitud se vive cuando alguien ha experimentado aprecio y reconocimiento por alguna persona que le ayudó.
Pero no solo eso: el valor de la gratitud también puede llevarse a cabo como una forma de vida, desde casa con nuestra familia, al dar gracias por todo aquello que recibimos día con día, como lo es nuestra salud, nuestra familia, nuestro trabajo, etc.
Acorde a diversos estudios, al practicar la gratitud podemos obtener los siguientes beneficios, entre otros:
1.- Fortalecer nuestro sistema inmunológico y hacernos más fuertes frente a las adversidades.
2.- Mejorar nuestra salud física y mental.
3.- Abrirnos camino hacia la abundancia y el bienestar de cada uno de nosotros.
4.- Favorecer el descanso y rendimiento en las actividades que realizamos diariamente.
5.- Permitir relacionarnos de una mejor manera con otras personas, siendo más empáticos con el otro.
En resumen, la gratitud nos ayuda a enfocarnos en el bienestar y prosperidad propios y a la vez a arrastrar con el ejemplo hacia los miembros de un equipo y/o sociedad en la que vivimos y convivimos diariamente.
Dar gracias a quien lo merece. Dar gracias por todo lo que recibimos, Dar gracias por lo que se nos brinda. Dar gracias porque lo tomamos y aceptamos. Y porque estamos contentos agradecemos y somos conscientes de agradecer.
El hecho de agradecer al levantarnos y al irnos a dormir nos hace ver la vida de una mejor manera. Si somos creyentes, con humildad, con sinceridad y de corazón damos gracias a Dios por un nuevo día, por nuestros alimentos, por nuestro trabajo, por nuestra salud. Porque tenemos familia. Eso es practicar la gratitud.
Dar las gracias al compañero de trabajo por convivir a diario. Agradecer al cliente que nos favorece con su preferencia por lo que hacemos o vendemos. Dar las gracias a tu pareja porque viven juntos y en paz… y decirlo a diario.
Dar las gracias a los trabajadores que nos recogen la basura. Dar las gracias al bombero, a la enfermera, al policía, a la cajera del súper…
Eso es vivir en gratitud. Todo eso es.