Junio 12, 2020 | Sin categoría,
Aunque un bien inmueble casi nunca pierde su valor, hay propiedades que lo incrementan considerablemente, sobre todo en los nuevos fraccionamientos o nuevos rumbos de la ciudad. El principal factor se basa en que a su alrededor detona el desarrollo de vialidades, centros comerciales, escuelas y fuentes de trabajo
Aurora Lezama
Todos, alguna vez, hemos escuchado la palabra “plusvalía”. Pero ¿sabemos realmente lo que significa?
Pues en resumidas palabras, la plusvalía es el “aumento de valor, especialmente aplicado para un bien inmueble”, independientemente de cualquier mejora realizada en ello.
¿CÓMO SE ADQUIERE UN INMUEBLE CON PLUSVALÍA?
Esta pregunta es simple de responder.
La plusvalía se encuentra en aquellos fraccionamientos o desarrollos que van empezando, a los que a mí me gusta llamarlos “baby project” o “proyecto bebé”; y por más absurdo que suene, son todos aquellos que se forman en un lugar de escasez de recursos y crecen junto con el entorno. Así es, como lo oyen: crecen.
Dichos inmuebles desarrollan su capacidad máxima de plusvalía cuando todo lo que los rodea se llena de comercios, plazas comerciales, escuelas, fuentes de trabajo y equipamiento urbano que sustenta a dicha comunidad.
Está comprobado que es mucho más redituable invertir en un proyecto bebé que en inmuebles que se adquieren en un entorno ya saturado, donde su curva de plusvalía ya llegó al máximo de su capacidad.
¿DÓNDE SE ENCUENTRAN LOS INMUEBLES CON PLUSVALÍA?
En las 16 ciudades del país, Ruba tiene una gran variedad de proyectos con una plusvalía fenomenal. Pero en específico, en Querétaro, la cereza del pastel se llama Ciudad Marqués, localizada en el corazón del bello estado.
Ciudad Marqués no solamente ofrece calidad de vida, sino que garantiza el retorno de la inversión de sus clientes, por la proyección a futuro, además de brindar una importante curva de ganancia por tratarse de un proyecto completamente nuevo.
¡Pon a trabajar tu dinero en esta cuarentena! Y la próxima vez que te hablen de plusvalía, ¡piensa en Ruba!
