Agosto 25, 2020 | Entretenimiento,
El 15 de abril de 2019 el mundo católico y el de los amantes de la arquitectura gótica se conmocionaban: la Catedral de Notre Dame en París ardía en llamas, a causa de un error en las obras de mantenimiento. El edificio sufrió daños significativos: dos tercios de la techumbre fueron destruidos, la aguja central de Viollet-le-Duc de 96 m de altura se derrumbó, y los rosetones quedaron dañados. Sin embargo, inmediatamente se empezaron a recibir cuantiosas donaciones para su reparación ya que este centenario edificio constituye un símbolo para la humanidad. Pero ¿qué hace de Notre Dame un símbolo del gótico?¿será acaso que su construcción está basada en un código oculto?
Virginia Lara Valle
El 11 de junio del año 1144 el Abad Suger dejó maravillados a los Reyes de Francia con la Catedral de Saint Denis, diferente al estilo románico de muros gruesos, pequeñas ventanas y espacios obscuros.
Suger llamó a su estilo “moderno”, definido por gigantescas paredes de cristal en donde se narraban –tipo multimedia de la época, en que pocos sabían leer– los episodios sobresalientes de la Biblia, la Creación, Adán y Eva, el Arca de Noé, el Diluvio, la vida de Jesús, su Resurrección… en escenas llenas de luz, muros de cristal soportados por un esqueleto exterior de estructura, arbotantes o contrafuertes, que sostienen el peso de la cubierta.
Los críticos de Suger bautizaron al nuevo estilo con el nombre de los bárbaros conocidos como “godos”, y entonces surgió el estilo gótico, que de Francia se copió a toda Europa.
Nuestra Señora de París, un rascacielos medieval de 70 m. de altura, inició su construcción gracias al obispo Maurice de Sully en 1163 y concluyó en 1345.
Se sitúa en la pequeña isla de La Cité, rodeada por el río Sena. Su edificación a base de columnas de piedras es sumamente innovadora, con la bóveda de crucería, los enormes y coloridos rosetones, los vitrales emplomados, el arco ojival con arbotante o contrafuerte –que permite conducir las toneladas de piedras de peso del techo hacia la cimentación–, el naturalismo, la abundancia de decoración escultórica coronada por las famosas e inquietantes gárgolas.
Los sacerdotes medievales diseñadores de las iglesias góticas relacionaban la Casa de Dios con el Templo de Salomón, y abrazaron la idea de que la belleza suprema del universo se basa en proporciones perfectas y números ideales, pues consideraban a Dios el matemático y geómetra perfecto, buscando en la Biblia sus códigos numéricos.
Las dimensiones de Notre Dame encierran un código oculto de proporciones sagradas. El Templo de Salomón en su descripción bíblica tenía una altura al primer nivel de 30 codos (1 codo = 1 pie romano) y de 60 codos hasta el segundo nivel… dimensiones que coinciden con la altura de la nave central y laterales de Notre Dame.
La planta en forma de cruz latina, considerada el símbolo de la salvación, tiene 128 m de longitud. El centro del crucero es de 50×50 codos, la medida que Dios da a Noé para construir el Arca de salvación del Diluvio.
La altura interior que buscaban era de 144 pies romanos (42.55 metros actuales) número tomado del libro de la Revelación de San Juan, que define la altura de la ciudad de Dios de 144 codos, lo que nos revela que los monjes diseñaron tomando la Biblia para proyectar las dimensiones de sus edificaciones.
La Catedral guarda algunas reliquias relacionadas con la Pasión de Cristo: la Corona de Espinas, un fragmento la Cruz y un clavo de la Crucifixión, mismas que fueron compradas por el Rey Luis IX de Francia al Emperador de Constantinopla. El 19 de agosto de 1239 el rey las llevó a Notre Dame mientras se construía. En la cabecera destaca la monumental Piedad, esculpida por Nicolas Coustou.
Notre Dame es la Biblia escrita con luz, y sigue conservando su objetivo medieval de dar a los visitantes la experiencia de estar en el cielo, combinando música, cantos, olor a incienso, y de acercarse a lo divino, en una vivencia única por la majestuosidad y luminosidad caleidoscópica del interior. Quizás por esta razón al año es visitada por más de 13 millones de personas de todas las razas y credos.
