Octubre 21, 2020 | Consejos,
A un dermatólogo o a tu médico familiar les basta con observar las uñas de tus manos o de tus pies para darse una idea de alguna enfermedad o afección que te aqueje. Si tus uñas crecen con líneas o bordes, o con determinado color o textura polvosa quebradiza, todas éstas pueden ser señales de alarma… o no tanto.
César de Hoyos
(Basado en un artículo de Samantha Rideout en Reader’s Digest Canadá, febrero 1 de 2017)
Las uñas de pies y manos son una reliquia evolutiva, realmente más útiles para nuestros ancestros lejanos –a los que les servían para aferrarse a las ramas– que para nosotros hoy día.
No obstante, las uñas nos dan pistas sobre nuestro estado general de salud.
Por ejemplo:
Las líneas de Beau no suelen ser, normalmente, motivo de alarma. Para cuando se hacen visibles, la causa a menudo ya se ha atacado de raíz. Pero si los surcos reaparecen periódicamente, es conveniente acudir al médico.
Aunque un tono oscuro en una uña puede deberse a un moretón o a un lunar en el lecho ungueal, no está de más descartar la presencia del melanoma (cáncer de piel).
Sean cuales sean los cambios que observes en tus uñas, recuerda que hay cientos de causas posibles… y no todas son graves en tu salud.
Por ejemplo, las uñas quebradizas pueden deberse al uso prolongado de esmalte o al proceso de envejecimiento. Así que no te angusties.
Es mejor que acudas al médico: él sabrá cómo interpretar esas alteraciones, que forman parte de un rompecabezas más grande.
A las infecciones por hongos se deben cerca del 50% de las afecciones de las uñas de los pies. De ahí que sea vital mantener cortas las uñas, cambiarse los calcetines a diario y evitar caminar descalzo en lugares públicos –sobre todo en lugares húmedos como vestidores de albercas.