Octubre 20, 2021 | Entretenimiento,
Encerrada 91 días en un baño junto a 7 mujeres, Immaculée Ilibagiza logró sobrevivir a la que sería la prueba más dura de su vida.
Ana Matán
–Aquí es donde se quedarán – dijo, abriendo la puerta para revelarnos nuestro nuevo hogar: un baño minúsculo de aproximadamente 1 metro de ancho por 1 metro veinte de largo
La luz brillaba tenuemente, como si fuera el reflejo de la blanca losa que cubría la mitad inferior de las paredes. Había una ducha en un extremo y un inodoro en el otro. El espacio era muy pequeño como para que hubiera un lavabo. Había una pequeña ventana o respiradero cerca del techo cubierta con un trapo rojo, haciéndolo ver todavía más pequeño.
No podía imaginarme cómo íbamos a caber ahí seis mujeres, pero el pastor nos amontonó y nos hizo entrar y apretujarnos.
–Mientras estén aquí, deben estar calladas, es decir, en total silencio –dijo–. Si hacen algún ruido, morirán. Si las escuchan, las encontrarán y las matarán. Nadie debe saber que están aquí, ni siquiera mis hijos. ¿Entienden?
Le pedí a Dios que bendijera al pastor Murinzi por poner en peligro su propia seguridad por ayudarnos. Pero luego hice una mueca de dolor durante la oración.
Y así, Immaculée Ilibagiza nos comparte en su libro “Sobrevivir para contarlo” la que quizá hasta ahora ha sido la batalla más dura de su vida. Una prueba de 91 días que se desarrolló a consecuencia del enfrentamiento entre tribus suscitado en 1994 en el genocidio de Ruanda, África.
Más de un millón de personas perdieron la vida en este terrible enfrentamiento entre Hutus y Tutsis, tribus involucradas en este sangriento conflicto. Lamentable pérdida que la misma Immaculée sufrió en carne propia, pues ahí sucumbió toda su familia, a la cual amaba profundamente.
Hace poco volví a leer este libro. Me recordó el “encierro” en que nos encontramos y en el cual la esperanza juega un papel muy importante para llenarnos de motivación cada día.
Ciertamente la pandemia nos ha dejado de cabeza a muchos, nos ha sacado de nuestra zona de confort y nos ha hecho enfrentarnos a situaciones jamás pensadas. Parecía que iba a durar 40 días, pero ya nos vamos acostumbrando a esta “nueva realidad” de la cual esperamos, como Immaculée, sobrevivir para contarlo.
Bibliografía:
Ilibagiza, Immaculée. ‘Sobrevivir para contarlo’. Grupo Editorial Tomo. México: 2012. 317 pp.
