Mayo 8, 2020 | Consejos,
No es raro que en algunas ciudades se prefiera vegetación traída de otras latitudes, ya sea porque aporta más color o porque es, sencillamente, exótica, y creemos que con eso le damos más belleza a nuestra comunidad. Sin embargo, ya hay una afortunada tendencia de gobiernos locales y comunidades vecinales en preferir la vegetación propia de la región en corredores biológicos. Y además de que logramos así más congruencia con lo que hay en nuestra zona geográfica, le brindamos muchos beneficios al planeta entero… y a nosotros mismos
Javier Alfredo Ramírez
En estos días de cuarentena derivados de la pandemia del Covid-19 hemos visto imágenes de todo el mundo en que los animales que creíamos ajenos a las ciudades se han atrevido a ingresar a las localidades, a lugares que algunas vez formaron parte de su hábitat natural.
Hemos visto cómo han bajado los niveles de contaminación, y por ende la calidad del aire que respiramos ha mejorado como hace mucho no lo habíamos visto.
Hemos comprendido y entendido que este mundo no solo es de nosotros: lo compartimos con un planeta vivo. Y aunque no lo veamos cotidianamente, ahora nos damos cuenta que está allí. Lo cierto es que no deberíamos tener una pandemia o crisis económica para resolver la crisis ambiental en la que nos encontramos: realmente depende de nosotros, hayan o no obstáculos en el camino.
Cada uno de nosotros podemos asumir la responsabilidad y emprender acciones para resarcir nuestra pequeña parte en la huella ecológica que hemos impreso en este planeta.
Hoy te vengo a proponer una de tantas acciones que puedes recorrer: te propongo sembrar o plantar vegetación nativa para crear corredores biológicos urbanos.
Los corredores biológicos urbanos son espacios geográficos donde los ecosistemas se conectan dentro del paisaje de las ciudades y permiten el flujo de diferentes especies, asegurando su conservación, reproducción y mantenimiento de la biodiversidad.
En otras palabras, un corredor biológico urbano es el mantenimiento de una armonía con los ecosistemas que rodean las ciudades y con lo cual se evita que sean una barrera para las especies que habitan los ecosistemas.
Dichos corredores pueden ser terrestres o aéreos:
Corredores biológicos terrestres– pueden ser camellones, parques, parques lineales o reservas que procuren la continuidad biológica de flora y fauna propias de la región en la que se encuentra la ciudad.
Corredores biológicos aéreos– son la continuidad de árboles que se colocan en las calles de las ciudades de forma aislada y que se conectan a través de las copas o que atraen especies de aves originales de la ciudad.
Actualmente los ayuntamientos de las ciudades a lo largo del país promueven o exigen el uso de vegetación nativa en nuestras calles. Sin embargo, los ciudadanos somos los primeros en oponernos a los consejos, ya sea por desconocimiento o por caer en la tentación de la vegetación exótica.
Acá te explico 6 razones por las cuales podemos sembrar la vegetación nativa en nuestras casas, calles o avenidas:
1.- Mayor longevidad: La vegetación nativa será más longeva en su propio ecosistema, teniendo árboles que pueden durar más de 150 años. Así heredamos vegetación por más de 5 generaciones.
2.- Resiste los factores climáticos, sin mayores cuidados o mantenimiento como el riego.
3.- La vegetación nativa resiste plagas locales.
4.- Proporciona hogar y alimento a la fauna local y generan micro-hábitats. Ejemplo de esto son los insectos que solo crecen en algunos árboles y hay aves que solo se alimentan de dichos insectos.
5.- Aprovecha los fenómenos naturales locales como neblinas, vientos, sequías o incendios.
6.- Favorece la formación de nubes y los ciclos naturales, ya que la coloración de las hojas, flores y tallos reflejan la luz necesaria para atraer o repeler las nubes.
Debemos entender que nuestra fascinación por lo exótico es aprendida. Reconozcamos nuestro entorno y apreciemos las bondades que tiene.
Conectémonos con la naturaleza y compartamos nuestro planeta.
