Agosto 19, 2020 | Entretenimiento,
La Torre Mayor, grande entre las grandes, es la más resistente del mundo, ubicada en lo que fuera el lago de Texcoco en la CdMx, sobre el Paseo de la Reforma, en una de las regiones con mayor actividad sísmica del mundo. Es un portento de la ingeniería y la arquitectura. “Siempre tuvimos presente en nuestras mentes que necesitábamos un nuevo hito tecnológico,” dice el Dr. Ahmad Rahimian, director de estructuras en edificaciones y encargado del proyecto de la Torre Mayor. Su solución innovadora, para la que existe una patente en Estados Unidos, utiliza tecnologías militares desclasificadas desde los años 80. “Creamos un sistema similar al de los amortiguadores en un carro”, nos explica Ahmad. “Están distribuidos a lo largo del edificio de manera que puedan actuar como músculos para un esqueleto” y absorber cualquier movimiento.
Virginia Lara Valle
El 19 de septiembre de 1985 el entonces Distrito Federal se despertaba con un terremoto de 8.1 grados en escala Richter. Hubo pérdidas humanas y materiales que llevaron a los capitalinos a reconsiderar las construcciones en altura y a modificar normas y reglamentos para construir de forma más segura.
Parecía casi imposible que 12 años más tarde, en el año 1997, se iniciara la construcción para levantar una torre de 225 metros de altura –la más alta de México–, con 59 niveles entre comercios y oficinas, 29 elevadores de alta velocidad, 157 mil metros cuadrados de construcción, estacionamiento para 2 mil autos, un helipuerto en su azotea, y capacidad para más de 10 mil personas trabajando en su interior en completa seguridad al saber que el edificio es capaz de resistir sismos de 8.5 grados en escala Richter.
¿Cómo puede ser esto posible?
La Torre Mayor es una auténtica obra de la innovación, que excede los reglamentos de construcción de la CdMx y de California –los más rigurosos del mundo–, además de ser un edificio inteligente y con certificación oro LED.
Su cimentación cuenta con 252 pilotes de concreto a 60 metros de profundidad, la estructura con 50 mil m3 de concreto armado, 21 mil toneladas de acero estructural y 98 amortiguadores antisísmicos, que son los que absorben los movimientos durante los sismos.
La torre ha probado su seguridad en temblores desde el 2003 (7.3 Richter) hasta el del 19 de septiembre de 2017 (7.1 Richter) y el más reciente el pasado mayo, sin que sus ocupantes siquiera perciban el movimiento.
Elevemos rascacielos con la seguridad de que está a salvo la vida y el patrimonio de quienes ahí residen o trabajan, gracias a los profesionales del cálculo estructural, arquitectos, ingenieros y constructores mexicanos, que trabajan con pasión demostrando profesionalismo y compromiso.
