Julio 17, 2020 | Sin categoría,
La jarra del buen beber
Muchos seguimos creyendo que a diario podemos hidratarnos con cualquier tipo de líquido… siendo líquido. Pero ¡cuidado! No es lo mismo. Hay una diferencia enorme entre beber agua sola y beber agua en refrescos o en tés, en jugos o en leches o en bebidas deportivas. Te presento una sencilla gráfica que a golpe de vista nos hace más conscientes acerca de moderar o de plano evitar la ingesta de otros líquidos.
Enrique Baranda
Hace unos días, en la sala de espera de cierto lugar, para aprovechar el tiempo mientras me tocaba mi turno, comencé a hojear una revista que estaba en la mesa de centro. Entre una de tantas páginas me encontré con cierto gráfico que llamó plenamente mi atención: “la jarra del buen beber”.
Todos conocemos –o, más bien, queremos desconocer– lo importante que es el beber agua todos los días, y se nos hace muy fácil hacer comentarios como “en la mañana me tomé un vaso de leche”, o “cuando llegué a la oficina disfruté una taza de café”, o “hace un rato me tomé un jugo o un refresco de lata”…
Y así sucesivamente vamos justificando nuestra excesiva ingesta de líquidos diaria.
A lo largo de nuestra vida, ya sea en el hogar, en la escuela o en los medios nos han enseñado que el agua natural es de suma importancia para nuestro organismo, ya que nuestro cuerpo está conformado, entre otras cosas, por un 75% de agua al nacer y por un 65% el resto de nuestra vida.
No tomar suficiente agua natural sustituyéndola por algún otro líquido procesado va a generar que estemos forzando sobremanera nuestro organismo.
Ello puede repercutir poco a poco en problemas del sistema digestivo, en degeneraciones mentales y –hasta si quieren verlo de otra manera— en problemas estéticos, ya que podemos aumentar de peso por la falta de líquido que genera la eliminación de toxinas.
O también puede haber consecuencias como envejecer más rápido, debido a la falta de lubricación y regeneración de la piel.
Es por esto que les dejo por aquí la gráfica de “la jarra del buen beber”, que nos explica claramente, y por nivel de importancia, la cantidad recomendada de líquidos que debemos tomar al día y sobre todo los líquidos que obligado es de plano dejar de tomarlos o minimizar su consumo.