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“Hijo: ojalá aprendas esto acerca del dinero”

Febrero 22, 2017   |   Consejos,

Morgan Housel es un escritor que ha colaborado en medios tan prestigiados como The Wall Street Journal y The Matley Fool, con artículos alusivos a tópicos financieros pero con alto sentido humano y sabiduría práctica. En este interesante artículo que reproduce aquí César de Hoyos figuran conceptos tales como los valores que giran en torno al dinero, cómo ganarlo, cómo gastarlo pero, sobre todo, cómo bien emplearlo

Mi esposa y yo hace poco dimos la bienvenida al mundo a nuestro hijo. Es la experiencia más increíble que se pueda tener en la vida. El único interés del bebé es mantenernos despiertos todo el tiempo, pero llegará un día –falta mucho– en que necesitará aprender algo sobre economía. Así pues, estos consejos le doy para cuando llegue ese día:

1.- Tal vez quieras un auto caro, un reloj de lujo y una casa enorme, pero en realidad no deseas eso. Lo que deseas es el respeto y la admiración de los demás. Crees que poseyendo aquello obtendrás esto; pero casi nunca es así, menos aún de quienes deseas que te respeten y admiren. Cuando veas a un hombre conducir un coche lujoso, probablemente no pensarás: “Caray, ese tipo es un triunfador”. Más bien pensarás esto: “Vaya, si tuviera yo un auto como ése, la gente pensaría que soy un triunfador”. ¿Entiendes la ironía? A nadie le interesa el sujeto que conduce el vehículo. Diviértete y compra algunas cosas bonitas, pero ten en cuenta que lo que las personas buscan realmente es respeto, y que éste se gana con humildad, más que con vanidad.

2.- Es normal suponer que uno se gana los éxitos y los fracasos económicos. Casi siempre es así, pero sólo hasta cierto punto, y ese punto es más decisivo de lo que muchos creen. La vida de las personas es un reflejo de las experiencias que han tenido y de la gente que se han topado, sea por suerte, por accidente o por azar. Algunas personas nacen en familias que fomentan la educación; otras, en familias que la rechazan. Algunas nacen en economías florecientes que alientan el espíritu de empresa; otras nacen en la guerra y miseria. Quiero que tengas éxito, y quiero que te lo ganes, pero piensa que éste no siempre es fruto del trabajo arduo, y que la pobreza no siempre se debe a la flojera. Recuerda esto cuando juzgues a las personas, incluido tú mismo.

3.- Esto quizá suene duro, pero espero que seas pobre en algún momento de tu vida. No quiero que pases apuros ni que sufras, por supuesto, pero no hay mejor forma de aprender el valor del dinero que no tenerlo. Así se aprende la diferencia entre lo que es necesario y lo que es deseable. Todo esto te obliga a ceñirte a un presupuesto. Aprenderás a disfrutar lo que tienes, a arreglar las cosas rotas o averiadas, y aprovechar ofertas y rebajas. Éstas son habilidades de supervivencia básicas. Aprende a ser pobre con dignidad, y de ese modo podrás afrontar mejor los inevitables altibajos económicos de la vida.

4.- Si eres como la mayoría de la gente, te pasarás buena parte de tu vida adulta pensando acerca del dinero: “Cuando haya ahorrado o ganado equis dinero, todo será como deseo”. Cuando tengas esa cantidad de dinero, cambiarás de objetivos y volverás al principio. Es un círculo vicioso que esclaviza. Ahorra dinero y esfuérzate por salir adelante. Pero ten en cuenta que la capacidad de adaptarte a circunstancias nuevas es más poderosa de lo que piensas, y que tus objetivos no deben estar basados únicamente en el dinero.

5.- No te quedes un trabajo que detestas sólo porque elegiste una carrera sin ninguna reflexión cuando tenías 18 años. A esa edad casi nadie sabe a qué dedicarse. Muchos no saben qué es lo que quieren hacer hasta que tienen el doble de esa edad.

6.- Cambia de opinión cuando necesites hacerlo acerca del dinero. He observado que hay muchas personas jóvenes que creen saber todo sobre inversiones. Comienzan a invertir a los 18 años y piensan que tendrán resuelto su futuro a los 19. Nunca es así. La confianza en uno mismo crece más rápidamente que la habilidad, sobre todo cuando se es un hombre joven. Aprende a cambiar de parecer, a desechar las creencias viejas y reemplazarlas por verdades nuevas. Es difícil, pero necesario. No te sientas mal por ello. La capacidad de cambiar de opinión cuando te has equivocado es una señal de inteligencia.

7.- En lo que mejor puedas invertir tu dinero es en el control de tu tiempo. Esto te da opciones y te libera para no tener que depender de las prioridades de otras personas. Algún día te darás cuenta de que esa libertad es una de las cosas que realmente te brindan más felicidad.

8.- El camino que lleva a la quiebra económica está pavimentado de deudas y también de vendedores a comisión, pero sobre todo de deudas. Es impresionante la cantidad de problemas económicos que acarrean los préstamos. Una deuda es ceder una parte de tu futuro –al que no llegarás– a fin de obtener hoy a lo que te acostumbrarás rápidamente. Es probable que destines parte de esa deuda a una hipoteca. Me parece bien, ¡pero ten cuidado! La mayoría de las deudas son como las drogas: producen un efecto rápido y placentero –y caro– que se disipa pronto, que puede atarte durante años y que limitará tus opciones cuando te sientes agobiado por los errores de tu pasado.

9.- El dinero que ahorres tendrá poco que ver con lo que ganes y mucho con lo que gastes. Conozco un dentista que vive al día pagando cuentas, siempre al borde de la ruina económica; y conozco a otro que nunca ganó mucho dinero pero que ahorró una fortuna. La diferencia radica totalmente en la forma de gastar. La cantidad de cosas que hagas no determinará lo que llegues a ganar, y la cantidad de dinero que ganes no determinará tus necesidades. No te conviertas en un acaparador de dinero ni en un tacaño, y ten presente que aprender a vivir con menos es la manera más fácil y eficaz de lograr el control de tu futuro económico.

10.- No me hagas caso si no estás de acuerdo con lo que he escrito. Todos tenemos una forma diferente de pensar. El mundo en el que crecerás te ofrecerá valores distintos a los que tuve yo. Y lo más importante: aprenderás más cuando no estés de acuerdo con alguien y te veas obligado a aprender por tu cuenta –pero, por otro lado, escucha siempre a tu madre–. ¡Y ahora, por favor, déjame dormir!

— Artículo de Morgan Housel. Tomado de ‘The Matley Fool’ (13 – X – 2015) de Alexandria. Virginia

 

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