Julio 29, 2020 | Sin categoría,
La luz solar es responsable de una gran variedad de procesos biológicos y fundamentalmente beneficiosos para nuestro organismo. La luz del sol es, sencillamente, vida en el planeta. Ninguna forma de vida es sin el brillo del sol. Ni tampoco la belleza ni el bienestar. Nuestro hogar debe contar con buena ventilación y con entrada de luz solar. Es así que en nuestra casa debe garantizarse el acceso sobrado de luz natural en su interior… pero sin que cause deslumbres ni calor excesivo. Con ventilar e iluminar con luz natural se logra abatir bacterias y virus de modo altamente efectivo.
Rosa Guadalupe Hernández Sánchez
La entrada de luz natural es fundamental para tener un hogar armonioso y a su vez para que toda persona tenga una buena salud física y emocional, ya que los rayos solares son causa del proceso de generación de la vitamina D (“vitamina de la luz del sol”), lo cual afecta positivamente al sistema nervioso.
Según numerosos estudios, la luz natural mejora en general la salud y en particular el apetito y la digestión, la circulación de la sangre, el estado de la piel y de los huesos, la calidad del sueño y, por supuesto, el estado de ánimo.
Asimismo, una adecuada iluminación hace que el lugar se vea más amplio y se mantenga fresco.
De tal manera que quitar las cortinas/persianas oscuras o abrir las ventanas para que entre la luz del sol es una excelente idea.
La orientación de una ventana al sur es la que más radiación solar recibe y mejora la precisión en la percepción de los matices de luz con el paso del día.
La luz natural es mucho más que la radiación directa del sol. De hecho muchas actividades se desarrollan mejor iluminadas por la luz reflejada por la atmósfera y enviada de nuevo hacia la Tierra por el sol directo.
Un buen diseño de luz natural tiene relación con la forma del edificio, la orientación de sus fachadas y un sistema de iluminación artificial sensible que pueda atenuarse o apagarse cuando es necesario.
Con la iluminación natural no sólo se trata de proporcionar suficiente luz de día a un espacio, sino de hacerlo sin producir deslumbramiento, exceso de calor u otros efectos negativos de la luz del sol para el usuario.
Tomar en cuenta estas condiciones de la iluminación natural resulta de suma importancia en el proceso de diseño arquitectónico, pues a través de ésta es posible conseguir interiores en los que se vea reflejado un significativo ahorro de energía y la creación de una sensación de bienestar para el usuario; pero, además, la luz natural es capaz de dar un impulso al valor de los espacios y las formas y brindar expresión y significado mientras se modifica y enaltece el objeto mediante la percepción del juego de luces y sombras en sus múltiples tonalidades.
