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Enseñando a vivir

Octubre 26, 2021   |   Estilo de Vida,

De vuelta a clases: virtuales, presenciales e híbridas, en donde esta realidad nos orilla a adaptarnos a nuevas conductas y procedimientos. Aunque ciertamente la educación es un tema primordial, recordemos que “lo esencial es invisible a los ojos”.

 

casas ruba

 

Ana Matán

Millones de niños han regresado a clases presenciales, virtuales e híbridas, en las cuales se han tenido que adaptar las condiciones de enseñanza, y todos juntos hemos intentado asimilar esta nueva realidad.

Esta situación nos impulsa a pensar “fuera de la caja” para aplicar diferentes estrategias pedagógicas.

Los años dedicados a la docencia me han permitido darme cuenta que la función del profesor debe de ir más allá de compartir cierta asignatura en las aulas (presenciales o virtuales). Los profesores tienen la capacidad de transformar vidas.

Morris Schwatz lo hizo así y Mitch Albom lo ha dejado plasmado en su libro “Martes con mi viejo profesor”. Esta bella novela basada en hechos reales nos comparte cómo fue la relación de un alumno con su maestro. Una inspiradora historia en la que esperamos cada encuentro de martes. La asignatura fue “Sentido de vida” y la estaba impartiendo el maestro desde su experiencia, pues Morris tenía ELA (esclerosis lateral amotrófica); y es desde el testimonio de su vida como logra transmitir qué es lo más valioso: el amor, la amistad, vivir y disfrutar lo cotidiano que en ocasiones damos por sentado.

“(…)

–Las cosas a las que dedicas tanto tiempo, todo ese trabajo que haces, podrían parecerte menos importantes. Podrías tener que hacerle lugar a cosas más espirituales.

–¿Cosas espirituales?

–No te gusta esa palabra, ¿verdad? Te parece sensiblera.

–Bueno… –dije yo

Él intentó guiñarme un ojo, con poco éxito, y yo me derrumbé y me eché a reír.

–Mitch –dijo él, riendo conmigo–, ni siquiera yo sé qué significa el ‘desarrollo espiritual’. Pero sí sé que nos falta algo. Estamos demasiado comprometidos con las cosas materiales y éstas no nos satisfacen. Las relaciones de amor que mantenemos, el universo que nos rodea, son cosas que damos por supuestas.

Señaló con la cabeza la ventana, por donde entraba a raudales la luz del sol.

–¿Ves esto? Tú puedes ir allá afuera, al aire libre, en cualquier momento. Puedes dar una vuelta a la manzana corriendo y hacer locuras. Yo no puedo hacerlo. No puedo salir. No puedo correr. No puedo estar allá afuera sin miedo a ponerme enfermo. Pero ¿sabes una cosa? Yo aprecio esa ventana más que tú.

(…)”

Es así como la enseñanza se vuelve un tópico que va más allá de la transmisión de conocimientos. Se trata de enseñar a vivir, de valorar lo importante y recordar que “lo esencial es invisible a los ojos”. 

Ya decía un periodista guatemalteco: “No para siempre en la Tierra, solo un momento aquí”.

Hagamos que ese momento valga la pena.

 

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