Octubre 27, 2023 | Sin categoría,
José Alberto Ramírez Moreno
El concepto de ‘plusvalía’ puede ser bastante complejo si lo analizamos desde sus orígenes, ya que, es ampliamente utilizado por estudiosos de la disciplina económica y, en igual o mayor medida, por académicos de las ciencias sociales y ciencias humanas.
Esa dificultad para definir la plusvalía se debe a que el concepto tiene como propósito explicar fenómenos macro-histórico-económicos. Y actualmente, cuando solemos utilizar o escuchar la palabra ‘plusvalía’, lo que buscamos hacer es referirnos a su aplicación en lo inmobiliario, por lo que el propósito de este artículo es hacer una distinción conceptual y esclarecer al lector sobre las diversas aplicaciones de dichos conceptos.
El concepto de plusvalía fue acuñado por el filósofo, economista y sociólogo Karl Marx. Es un postulado que no solo sirve para explicar fenómenos económicos actuales, sino que también sirve para explicar fenómenos macro-históricos y los procesos de cambios estructurales en la sociedad –concepto mucho más útil a partir de la Revolución Industrial cuando observamos el pleno desarrollo del capitalismo– en términos económicos, sociales, históricos y culturales. (Para más detalles se recomienda investigar conceptos fundamentales de la teoría marxista como “Materialismo dialéctico”, “Acumulación originaria” y “Lucha de clases”).
Este concepto de Karl Marx es indisociable de conceptos como “acumulación originaria” y “explotación laboral”, ya que hacen referencia a sí mismos dentro de sus propias definiciones.
En pocas palabras, la plusvalía es la diferencia que hay entre el valor de la fuerza de trabajo de un trabajador y su salario real.
Estudios en México han revelado que un trabajador puede generar su salario en tan solo 10 minutos de trabajo. Esto sucede en gran medida gracias al desarrollo tecnológico, pues se han automatizado gran parte de los procesos productivos y por lo que es posible producir más con menos esfuerzo y recursos en tiempos récords.
Es de esta manera que la plusvalía vendría a ser “el trabajo no remunerado dentro de la jornada laboral”. Y, siguiendo con este ejemplo, si solo es necesario trabajar 10 minutos para producir nuestro salario, serían 7 horas con 50 minutos las que son apropiadas por el burgués, patrón, jefe o dueño del medio de producción (véase una empresa, maquiladora, talleres u oficinas), horas no remuneradas que se traducen en un enorme beneficio económico.
Y ya una vez explicado el concepto de plusvalía marxista, es necesario hablar del concepto de plusvalía aplicado a un inmueble.
Cabe resaltar que su aplicación es totalmente distinta a la que le daba Karl Marx, y podemos inferir que la extrapolación de este concepto marxista a lo inmobiliario se debe a que ambos hacen referencia al incremento de un valor sobre otro, y que esta diferencia termina siendo una diferencia positiva.
El concepto de plusvalía en lo inmobiliario se refiere al “incremento del valor de un inmueble con el pasar del tiempo”.
Este incremento también ocurre en función de las mejoras de las condiciones entorno al inmueble: mejores servicios, accesibilidad, oferta y demanda, factores simbólicos, etc.
En otras palabras, si una vivienda nos costó 1 millón de pesos, y si las condiciones en torno al inmueble mejoran, a la par que el mercado financiero es estable, muy probablemente el valor del inmueble se incremente. Y este activo que nos costó 1,000,000 de pesos pasará a tener un incremento en su valor. Ejemplo: podría tener un valor de 1’500,000 pesos, por lo que la plusvalía sería de 500,000 pesos (También deberíamos tener en cuenta otros factores como el pago de impuestos, pero a grandes rasgos así podríamos definir el concepto).
Como conclusión: 1) el plusvalor suele ser interpretado como explotación al trabajador, y esto es en esencia lo que mantiene a flote al sistema económico capitalista, por lo que suele ser interpretado como intrínsecamente injusto; y 2) por otro lado, la aplicación del concepto de plusvalía en lo inmobiliario se refiere al incremento de valor de nuestro inmueble debido a factores internos y externos del dueño del inmueble, ya sean materiales o simbólicos.
