Marzo 2, 2017 | Sin categoría,
Si vivo en casa alquilada, no me preocupo por pagar predial ni de quién sea o a quién se le quede, y acaso no me quite el sueño darle su mantenimiento ni conservarla tan hermosa. Doy la mensualidad de la renta, y ya. Pero si compro la casa donde vivo, deberé estar pagando durante años y años su costo y estar cada día preocupado por mantenerla. Ah, eso sí: es mi casa propia
Sin duda, todos podríamos coincidir en que tener casa propia es la mejor decisión de nuestras vidas, y que vivir en casa de renta es tirar nuestro dinero. Sin embargo, vivir en casa alquilada también puede tener ventajas, como desventajas puede tener también la vivienda propia.
¿Comprar o alquilar? ¿qué es mejor?
Depende. Cada opción tiene sus asegunes.
Pros y contras de alquilar
Mucha gente puede alquilar una vivienda que no puede comprar –o no la quieren vender–, es decir, una renta en ocasiones cara por una casa en ocasiones en ubicación en la mejor o en la peor zona.
Por lo general, pagar la mensualidad de la renta no resulta muy gravoso ni requiere invertir grandes cantidades en avalúo y escrituras que si fueras a comprar, por lo que puedes tener una mayor liquidez de ahorros y dinero.
En caso de equivocarte en no estar cómodo con la vivienda, puedes cambiarte de casa o de rumbo o de ciudad; pero te comprometes a permanecer por el tiempo de un contrato en específico.
La casa de renta donde vives no puedes decorarla o hacerle las modificaciones que te gustaría, pues no es de tu propiedad.
Mientras pagues renta, ese dinero no tiene efecto acumulativo que te genere propiedad. Tampoco es echarlo a la coladera, pero sencillamente ese dinero ni esa casa son tuyos.
Normalmente cuando te cambias a una casa de renta, ésta ya tiene bóiler, rejas, estufa e instalaciones de gas.
En ocasiones, vale la pena seguir viviendo en casa de renta mientras se termina algún fraccionamiento que queremos, sin precipitarnos a comprar la primera casa que nos aparece.
Ventajas y desventajas en comprar
Entre los pros está el poder disponer del inmueble para lo que quieras: vivir en él, heredarlo, prestarlo, venderlo, alquilarlo, decorarlo o hacer maniobras de remodelación o ampliación a tu gusto.
Lo que abones es dinero que se va acumulando con efectos en la cuenta de tu propiedad, a diferencia de la renta, que mes tras mes es partir de cero.
Generalmente a largo plazo tu casa propia suele valorizarse, y el abono te sirve como sistema de ahorro porque te obliga a pagarlo todos los meses. Pero también llega un momento que acabas de pagarlo y dejas de tener gasto fijo.
Un contra es que encuentres una situación más complicada con tus reservas de dinero al inicio, por los gastos de papeleo que implica la compra de una casa.
Tener casa propia te limita a la hora de cambiar de trabajo. Si no tienes pensado vivir en esa ciudad durante un cierto tiempo, no tiene caso hacerte de casa propia.
Actualmente hay una oferta de hipotecas a tipo fijo que se puede adaptar a ti y pagar siempre la misma cantidad, lo que redunda en estabilidad y un patrimonio para tu familia.
Comprar o alquilar casa. Ésa es la cuestión o el dilema en determinadas circunstancias, aunque el sentido común aconseja que es mejor tener cosas y casa propia a no tener nada.