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¿Cómo debemos ver el encuentro de América y Europa?

Octubre 13, 2022   |   Sin categoría,

¿Cómo debemos ver el encuentro de América y Europa?

En los últimos años ha sido muy controvertida la conmemoración del día que antaño se conoció como el “Descubrimiento de América” o “Día de la Raza”, que son unas denominaciones dadas al 12 de octubre. En esa fecha se recuerda la llegada del navegante genovés Cristóbal Colón a América, a la isla antillana de Guanahaní, a la que llamó San Salvador, pues encontrarla en 1492 fue la salvación para la tripulación de las tres carabelas. Este evento ha sido tema de debate y critica debido al sometimiento y eliminación de muchos de los pueblos indígenas precolombinos, y así también se extinguieron sus culturas, sus lenguas y sus tradiciones.

 Virginia Lara Valle

 

El Día de la Raza, que se celebraba en la mayoría de los países hispanohablantes y en los Estados Unidos, fue creado a inicios del siglo XX por el español Faustino Rodríguez-San Pedro.

Sin embargo, desde los movimientos de neoindigenización de fines del siglo pasado el término “descubrimiento de América” ha sido puesto en duda por múltiples investigadores e historiadores que encuentran una problemática, pues reduce, simplifica o invisibiliza la complejidad de las relaciones sociales y de poder que surgieron con la llegada de los españoles conquistadores; al mismo tiempo que suprime la validez y existencia de una historia y cultura previas, un territorio y una civilización viva y floreciente al momento de su venida.

América

Cuadro al óleo de la Gran Tenochtitlan, pintado por Luis Covarrubias. Copia exhibida en el Museo del Templo Mayor.

 

Los indígenas del continente que habían permanecido desconocidos para los europeos solo entran en escena cuando ocurre que “son descubiertos, conquistados, cristianizados y colonizados’”, señala Miguel León-Portilla en su texto ‘Encuentro de dos mundos’, presentado en 1992 por los 500 años de estos sucesos.

Más allá de la historia y de quien la escriba, los vencedores o conquistadores o los vencidos que en este caso son los pueblos prehispánicos, la realidad es que todos somos producto y efecto de este evento histórico que marcó el rumbo de la época, que es el nacimiento de nuestra raza y cultura, del mestizaje; ya que desde el punto de vista cultural, gastronómico y hasta religioso se dio un sincretismo de tradiciones y festividades.

No podemos negar lo que fue para América la llegada del ganado vacuno, ovino, equino, porcino, caprino, avícola y múltiples especies; y granos como el trigo y el arroz enriquecieron la cocina mexicana. Para la cocina europea actual e internacional son indispensables el tomate, el cacao, el cacahuate, el nopal, el amaranto, el maíz, la papa, la calabaza, la vainilla, el chayote, el mamey, la papaya, el aguacate, el chile, la guayaba y el agave (tequila). Y además: insectos: chapulines, hongos, jumiles acociles, gusanos de maguey y el guajolote o pavo.

Imagen de la riqueza gastronómica americana.

 

En cuanto a la cultura, se enriquecieron las tradiciones de Día de Muertos con la llegada del Cristianismo, cuando se sumaron las celebraciones prehispánicas con los días de Todos los Santos o Fieles Difuntos los primeros días de noviembre.

Imagen de altares del día de muertos con cempasúchil, flor nativa de México. En el altar se incorporan elementos prehispánicos y cristianos.

 

La llegada de la evangelización y del cristianismo, con toda la controversia que pueda dar, trajo el fin de las guerras floridas y de la captura de prisioneros de guerra para los sacrificios humanos múltiples diarios al dios Huitzilopochtli, como lo muestran los códices prehispánicos.

América

La tradición de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, Patrona de México, coincidentemente donde antes se encontraba el templo de la diosa Tonantzin, que en náhuatl significa “nuestra venerable madre”, que vino a sustituir a esta divinidad mexica.

Arreglo escultórico en el cerro del Tepeyac, donde la tradición católica ubica las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, sitio donde se encontraba el santuario a la diosa náhuatl Tonantzin.

 

El acto de los voladores de Papantla –un espectáculo impresionante de hombres pájaro que en 2009 fue proclamado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco–, cuya finalidad era un ritual por la fertilidad de la tierra, aún podemos disfrutarlo en nuestros días, y designa a México como país de origen.

Los voladores de Papantla, o pájaros de la tierra, ritual totonaco de la fertilidad.

 

Las ricas vestimentas bordadas a mano de los trajes típicos como los oaxaqueños, yucatecos, michoacanos y poblanos, entre los más representativos, diseños y colores que ha tomado la moda internacional por su belleza incuestionable.

América

Las tortillas de maíz hechas a mano, y platillos a base de maíz como tostadas, sopes, huaraches, tamales, todos contienen ingredientes de ambas culturas (la prehispánica y la europea), por lo que la gastronomía mexicana y nuestros tacos son pluriculturales; la carne de res (europea) la tortilla de maíz (américa).

Tacos de asada de Tijuana, considerados por la serie “Las Crónicas del Taco” de Netflix como los mejores del país.

 

No pueden faltar las danzas prehispánicas, que se presentan en los eventos masivos, ceremonias oficiales, rituales de todo tipo, inclusive como un tributo a los Santos Cristianos o a la Virgen de Guadalupe en su festividad del 12 de diciembre.

América

Danzantes ataviados a la usanza prehispánica, con penachos de plumas y armas como escudo, cuchillos y lanzas.

 

En Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas, hay una placa que también se ubica afuera del templo de Santiago Apóstol y en el muro lateral del Museo del Templo Mayor en la Ciudad de México. Ciertamente hay polémica sobre ese texto: sin duda fue un doloroso nacimiento del pueblo mestizo que perdura hasta nuestros días, cuya cicatriz en ocasiones está sanada y en otras vuelve a sangrar: “El 13 de agosto de 1521 heroicamente defendido por Cuauhtémoc cayó Tlatelolco en poder de Hernán Cortés. No fue triunfo ni derrota; fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy”.

Placa conmemorativa de la conquista de Tenochtitlán, ubicada en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México.

 

La mayor parte de los mexicanos somos mestizos: tenemos así sangre de los pueblos prehispánicos como de los españoles.

Nuestros antepasados fueron conquistados y conquistadores, y debemos sentirnos orgullosos de ambas culturas que al mezclarse dieron por resultado la maravillosa mexicanidad, llena de color, sabor, tradición y valores.

Vivamos México con pasión y celebremos nuestra identidad, sin negar ni desvalorar una parte de nosotros, ya sea la hispana o la indígena, pues sería tanto como darle la espalda a nuestros antepasados.

Óleo sobre tela que representa el mestizaje– la unión de un español con una indígena: un niño mestizo.

 

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